El médico fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrarle a Michael Jackson una sobredosis del anestésico propofol. Fiscales pedirán cuatro años de prisión, pero sus abogados lo quieren libre.
Han pasado tres semanas desde que el jurado de una corte de Los Ángeles, California -en decisión unánime-, consideró culpable de la muerte de Michael Jackson al último facultativo que lo atendió. Por eso, será un día decisivo para el futuro de Murray, quien escuchará este martes, a partir de las 11:00 GMT, la sentencia de parte del juez Michael Pastor.Si el magistrado atiende el pedido de los fiscales, Murray deberá pasar hasta cuatro años en prisión, además de perder su licencia médica y pagar indemnizaciones a los hijos de Jackson, además de -algo que difícilmente sea remontable- convivir con el repudio popular, motorizado especialmente por los fans del cantante y sus familiares.
El médico cobraba un sueldo de US$ 150 mil por mes por atender las necesidades de salud de Jackson -una cifra que llamaría la atención de cualquier familiar cercano.
El médico, nacido en Granada, tenía un historial intachable hasta el día en que aceptó encargarse de la salud del cantante. Sus turnos de trabajo en la mansión de Jackson eran por demás curiosos (de 21:00 horas a 9:00 AM), mientras que las necesidades financieras estaba punto de quebrar- fue clave para que aceptara el trabajo y los riesgos que de él devenían. Jackson rogaba por propofol para conciliar el sueño a pesar de sus dolencias (se le atribuye la frase "Quiero mi leche", cada vez que se encontraba en una crisis y pedía la droga) y Murray, contra la opinión de todos los profesionales que declararon en el juicio, era el responsable de administrársela al cantante.
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