Después de varias semanas de juicio y dos días de deliberaciones, el jurado ha declarado al médico de Michael Jackson, Conrad Murray, culpable de homicidio involuntario. Ahora se enfrentará a cuatro años de prisión y a lógicamente la pérdida de su licencia médica.
La defensa de Murray había intentado culpar a Michael Jackson de su propia adicción al Propofol, sustancia que le fue inyectada causándole la muerte el pasado 25 de junio de 2009, combinada con un ansiolítico común, clonazepam. La acusación se ha basado en la tesis de que el médico nunca debería haber recetado una sustancia tan peligrosa, que se suele utilizar en las mesas de operaciones como anestesia. Después de escuchar a los testigos y examinar las pruebas, el jurado ha decidido que el uso que realizó el médico de esta sustancia es negligente y por lo tanto es culpable. Conrad Murray hizo uso de su derecho a no declarar durante el juicio.
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