miércoles, 18 de mayo de 2011

A propósito. El nuevo álbum de Babasónicos

Unas voces femeninas cantan desde un sampler. Luego, el mismo acorde menor en guitarra con trémolo, ya escuchado en varias canciones anteriores de Babasónicos: así comienza A propósito , su décimo album. Dos datos para pensarlo como una propuesta de continuidad con variaciones, donde los arreglos parecen haberse definido durante la mezcla, a diferencia de los más directos Anoche (2005) y Mucho (2008).
A propósito es un disco lleno de detalles, además de jugar con las formas en un par de ocasiones. La mezcla recargada es un lazo con su cumbre Miami (1999), un álbum también recordado en la apertura Flora y fauno , con sus influencias de los soundtracks de Spaghetti Western . El resto es otro eslabón de la redituable senda iniciada con Jessico (2001) e Infame (2003), aunque con una preponderancia de la electrónica que sólo se reservaban para los proyectos de remixes.
Fiesta popular es el único exponente de sus típicos rocks montados sobre un riff.
En Tormento , un loop de percusión va ganando terreno sobre la batería electrónica hasta dejar pie a un track-dentro-del-track, Pulpito , que reflota el lado más bailable de la escena Madchster. En ese plano, la tripartita Muñeco de Haití es lo más radical del disco: nueve minutos de disco robótico, intenso, aunque de a ratos suene a pastiche de pastiche; posmodernismo sobrecalentado en microondas.
Aunque dice no importarle las críticas, el discurso de Adrián Dargelos siempre procura un marco teórico que los proteja de los reproches de fans de la primera época, o del simple hecho de sonar en Radio Disney. Las letras de A propósito funcionan bien con la música, pero están lejos del complejo plan literario promocionado por su autor; mientras que expresiones como “me caga” o “en pelotas” no vuelven las canciones teen-friendly tan subversivas como el Trigal que cantó Sandro en 1969.
Es una paradoja que Mariano Roger toque los mismos yeites de siempre, mientras por el otro lado coescriba con Dargelos los mejores temas, especialmente Deshoras y Barranca abajo ; la clase de beat para adolescentes que Litto Nebbia ya dominaba de adolescente. En sus veinte, los Babasónicos escribían baladas como Bien (1992), lo que demuestra su evolución como cancionistas, aun si En privado , El pupilo o Chisme de zorro representen, como promedio del disco, una agradable continuidad más que un notable retorno, después de tres años.
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