Mísia, quizás el mayor exponente del fado actual, relaca en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife (España) "Adán Martín" para presentar su último trabajo discográfico, Senhora da noite. El concierto tendrá lugar el próximo sábado, día 14 de mayo, a las 21 horas. La vocalista estará acompañada en el escenario por Daniel Guimaraes da Silva Pinto (bajo), Luis Manuel Pachecho Marques Cruz e Cunha (violín), Susana Maria Alfonso de Aguiar (voz), Antonio Fernando Costa Neto (viola de fado), Pedro Miguel Ferreira Santos (acordeón), y Sandro Daniel Alves da Costa (guitarra portuguesa).
Senhora da noite es el décimo disco de Mísia. Recién editado, en ese trabajo explora el mundo femenino a través de textos de poetisas, escritoras y cantantes portuguesas (Agustina Bessa Luis, Helia Correia, Florbela Espanca, Lidia Jorge...), un tema de la cantante brasileña Adriana Calcanhotto y algunos más escritos por la propia Mísia, que hablan de prostitución, traición o sobre la mujer que espera a su amante. Pero, sobre todo, es un tributo a la reina del fado, a Amália Rodrigues, y a veinte años de carrera discográfica. Sofisticada, intelectual, dramática, Mísia defiende su personal interpretación de un género que, entiende, no es triste sino profundo y esencialmente femenino. La cantante más importante de fados de la actualidad, "una anarquista que reniega de su reinado aunque con su voz no haga más que confirmarlo", se presentará en Tenerife con una formación en la que sonarán guitarras portuguesas, violas de fados, acordeones y violines.
Mísia es una pionera, un espíritu libre. No habiendo olvidado la revelación que supuso para ella el fado en la adolescencia, volvió a Lisboa con una decisión tomada: cantar "su" propio fado. La tarea es ardua y Mísia se lanzó a reinventar el género. Contacta con poetas y encarga textos nuevos, literarios, añade viola y acordeón, sonidos de los fados de su infancia, el piano de los salones aristocráticos del final del siglo XIX. Hace un verdadero lifting al fado en la forma y el fondo. Sin saberlo, abre paso a nuevas voces, con todos los riesgos que eso implica. Los primeros éxitos le vienen del extranjero, de España y de Japón especialmente, luego de Francia y de Alemania, antes de extenderse por todo el mundo, hablándose ya de una carrera internacional. A partir de 1993, es la segunda artista, tras Amália Rodrigues, en cantar fado en los escenarios más importantes del mundo.
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