Geldof, organizador de los conciertos de Live Aid, que ayudaron a recaudar 250 millones de dólares para paliar el hambre en el continente africano, exige también el despido de dos periodistas de la emisora a los que considera responsables de que se difundiera esa información.
El trust coordinador de la ayuda, Band Aid, prepara una queja oficial ante el organismo regulador británico de los medios de comunicación por aquella información, que se emitió en distintos programas de la emisora y dio la vuelta al mundo.
En un artículo que publica hoy en el diario "The Guardian", Geldof afirma que el servicio mundial de la BBC tiene una especial responsabilidad de cuidar las informaciones que ofrece porque en muchos lugares oscuros del planeta hay personas que escuchan sus programas en secreto y con gran peligro para sus vidas.
Según Geldof, resulta increíble que los periodistas de la emisora pública británica hubieran podido tomarse en serio la acusación de que un 95 por ciento de la ayuda enviada a la región etíope de Tigray se hubiera dedicado a la compra de armas por los grupos rebeldes.
"¿Dónde están los cadáveres entonces? Si nadie estaba recibiendo ayuda alimentaria, por qué no se moría nadie? Ésa es la primera pregunta que yo me habría hecho", critica Geldof, según el cual el reportero que elaboró la información comprometió la neutralidad de la propia Cruz Roja.
Según el activista irlandés, lo mismo funcionarios de la Casa Blanca que delegados de alto nivel de la ONU, diplomáticos británicos, agencias humanitarias y el primer ministro de Etiopía, que fue estaba entonces a la cabeza de los rebeldes, han desmentido la información.
Geldof exige no sólo el cese del director del servicio mundial de la BBC, el periodista que elaboró la información y el director de los noticieros, sino que reclama también una investigación de lo que llevó a la comisión de tan grave error para evitar su repetición.
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