El coreógrafo Kim Gavin fue el director artístico del evento y tuvo la difícil tarea de competir con la espectacularidad que ofreció Danny Boyle en la ceremonia de inauguración de los Juegos, que destacó por la originalidad y sentido del humor.
Con una puesta en escena plena de ritmo y escenarios en constante cambio, los 80.000 espectadores disfrutaron del repaso sin tregua a buena parte de las canciones más destacadas de las últimas décadas de la música británica, tan internacionalmente reconocida. El recuerdo a John Lennon fue uno de los momentos memorables de la velada cuando sonó la canción más emblemática en solitario del exbeatle, Imagine, con una imagen suya en un montaje elaborado expresamente por su viuda Yoko Ono.
También estuvieron en el escenario la banda Madness con la canción de los 80s Our House, (nuestra casa), dando comienzo al desfile de artistas británicos que se dieron cita en la ceremonia de cierre de los JJOO. Luego fue el turno de Pet Shop Boys con también un clásico de los 80s West End Girls.
Luego, en un espectacular despliegue de luces y coreografías en un escenario diseñado con la bandera británica y los monumentos más emblemáticos de la capital británica, les llegó el turno para Spelbound y Ray Davis, otrora líder del grupo The Kinks, quien interpretó uno de sus himnos a la ciudad de Londres: Waterloo Sunset, número uno en las lista británicas en 1967 recreada por su autor, Ray Davis.
Momentos despúes se escucha Kate Bush con su tema Running Up That Hill. Casi 200 artistas construyen una pirámide en el centro del escenario con 302 cajas blancas, que representan el número de eventos olímpicos que hubo en Londres.
La música de los Beatles también estuvo presente a lo largo de la ceremonia como un orgullo británico, con canciones como Because y Here comes the Sun.
George Michael recibió una de las ovaciones más grandes en el estadio al interpretar Freedom y White Light. Luego Kaiser Chiefs con decenas de motocicletas con “Mods”, la tribu urbana seguidora de la banda The Who (quienes actuarían más tarde), quienes harían el cover de los WhoPintball Wizard, un tema del año 1969.
Un barco de metal transportó a Annie Lennox, quien interpretó su éxito de 1993, Little Bird, con el cual vendió 80 millones de discos alrededor del mundo y fue condecorada por su música y trabajo humanitario.
Nick Mason, baterista de Pink Floyd, junto a Mike Rutherford, guitarrista de Genesis, con Ed Sheeran y Richard Jonesun, un par de jóvenes músicos que podrían ser sus hijos, interpretaron Wish You Were Here de Pink Floyd mientras un equilibrista caminaba por la cuerda floja y reproducía la carátula de aquel legendario álbum.
No puedo faltar en la noche la música electrónica de Fatboy Slim (Norman Cook) quien puso a bailar a los atletas con sus éxitos de 1998 Right Here, right now y The Rockafeller Skank... Fatboy Slim reemplazó la psicodelia con sus sonidos electrónicos contemporáneos mientras se formaba un gigantesco pulpo transparente a su alrededor, con él en el cerebro. Los tentáculos del pulpo seguían las cruces de la bandera británica, base del escenario.
Luego fue el turno del pop de las Spice Girls, que interpretaron dos de sus mayores éxitos Wannabe y Spice Up Your Life. Las "chicas" cantaron montadas en los típicos taxis londinenses.
Liam Gallagher, de la agrupación Oasis, que lideró el movimiento musical del Reino Unido en los noventa, interpretó su versión de Wonderwall.
No podía faltar el grupo Muse, quienes son los autores e intérpretes del himno oficial de los Juegos de Londres 2012, Survival.
Posteriormente vendría el homenaje a Freddie Mercury, se proyectaron imágenes suyas en el medio del estadio que, junto con sus ex compañeros de Queen, Roger Taylor y Brian May hicieron cantar al público con Brighton Rock para enlazar con la inmortal We Will Rock You, en la que se sumó la cantante Jessie J.
El final fue para The Who, que interpretaron tres de sus grandes éxitos, la explosiva “Baba O’Riley”, la balada “See Me, Feel Me” y la oda adolescente “My Generation”, que el guitarrista Pete Townshend solía terminar en los conciertos destrozando su instrumento contra el suelo.
Esta vez, Townshend, que tiene 67 años, y el vocalista Roger Daltrey estuvieron más comedidos y se limitaron a rockear mientras una lluvia de fuegos de artificio, cohetes y papelitos blancos, azules y rojos marcaban el cierre de la fiesta.
Los grandes ausentes: Los Rolling Stones.
fuente: varias. Nota basada en la crónica de José Miguel Pinochet de la BBC de Lóndres.
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