¿Uno, dos ultraviolenten? No, en alemán el clásico de Los Violadores se escribe "Eins, zwei, übergewaltig". Pero no es necesario que lo aprendamos porque la versión que Die Toten Hosen registró para la edición local de su nuevo disco se escribe tal como los pioneros del punk criollo la concibieron.
En enero, Campino se tomó un avión en Düsseldorf, Alemania, y aterrizó en Ezeiza. En unos días grabó su versión del tema con un coro de fanáticos locales y se fue con la promesa de volver en abril para tocar con los Hosen. Este fin de semana, cumplirá con su palabra: el viernes y el sábado tocará con su banda en el teatro de Colegiales.
En el Pepsi Music 2005, Die Toten Hosen sorprendió con su versión de "Uno, dos ultraviolento", a veinte años de la edición del tema de Los Violadores. La relación de la banda con la Argentina es de larga data y también su deseo de registrar el clásico de Pil Trafa y Stuka. "No quisimos incluir el tema en la edición alemana del disco porque nos parece que pertenece a la Argentina; aquí es el himno nacional del punk. Y teníamos que registrarlo con gente de la Argentina. Quisimos invitar a algunos amigos para que grabaran las voces de los coros en representación de todos los fans del grupo. Y como nuestros últimos discos no se editaron en la Argentina, nos parecía bien incluir en la edición local del nuevo álbum algunas canciones de esos trabajos, pero remezcladas." El resultado es La Hermandad. En el principio fue el ruido , título elegido por los fans argentinos.
-¿Cuándo conociste a Los Violadores?
-A fines de los 80, un amigo punk alemán se mudó a Buenos Aires por trabajo. El me contó de Los Violadores, me dijo que era el equivalente local de Sex Pistols. Conoció al "Polaco" [Zelazek] y le preguntó si había escuchado a una banda alemana llamada Die Toten Hosen. Resultó que sí, que nos conocía y que nos querían contactar para traernos a Buenos Aires. Cuando llamaron, les dijimos que sí, que nos mandaran los pasajes, pero pensamos que nunca iban a llegar. Al tiempo, recibimos los tickets con la reserva del hotel y tuvimos que venir. Lamentablemente, cuando llegamos, ellos se acababan de separar. En ese, nuestro primer show aquí, debutó Pilsen, el grupo que formó Pil. Tocó "Uno, dos, ultraviolento" y fue la primera vez que escuchamos el tema en vivo.
-Los Hosen se tomaron un descanso de dos años. ¿Fue algo planificado por la banda?
-Sentimos que era el momento de parar porque estábamos exhaustos. A nivel personal, fui padre y sentí que necesitaba un tiempo para disfrutar de la vida familiar. Estábamos grabando un disco, mi mujer quedó embarazada y decidimos parar ahí antes de empezar con una gira que nos iba a llevar un año y medio de shows. Lamentablemente, después me separé y no pude disfrutar de la vida familiar.
Campino dejó su Düsseldorf por Berlín, ciudad en la que vivía su hijo, y los escenarios rockeros, por las tablas. "Acepté una propuesta para hacer teatro en Berlín para estar cerca de mi hijo. Me sentí muy feliz en ese período. Y un día recibí un llamado de Win Wenders cuando estábamos volviendo a ensayar con la banda. Me preguntó si me interesaba el rol protagónico en su próxima película y era una oferta irresistible. Lo hablé con los muchachos, lo aceptaron y viajé a Italia para filmar Palermo Shooting .
-Vi una foto tuya en Cannes, paseando con Wenders por la alfombra roja. Parecías una auténtica estrella de cine.
-Porque estaba con la pierna rota, ¿no? La pasamos muy bien en Palermo [Italia]. Estuvimos dos meses allí; para mí fue un honor trabajar con Dennis Hopper y con todo el equipo. La filmación fue lo mejor de todo, fue tan intenso que no me importó mucho el resultado. La experiencia teatral fue buena, pero allí era una batalla de egos entre los actores para ver quién se llevaba el aplauso más grande. Esto fue lo contrario, una gran familia feliz.
-¿Hopper conocía a los Hosen? El es un viejo rockero...
-Algo conocía, pero es probable que Wim le haya hablado de nosotros. El llegó al set con un asistente, un tipo de su edad que le proveía de ciertas sustancias. Wim me contó que en los 70, después de filmar Apocalypse Now ! [de Francis Ford Coppola], Hopper apareció en el set de El amigo americano (1977) en muy mal estado y con el mismo hombre que lo acompañó a Palermo. «Hopper y ese tipo son la expresión del rock and roll », me dijo Wim y tiene razón.
-Me acuerdo de un show accidentado de la banda en Caballito, ¿en algún lugar del mundo sigue siendo peligroso ir a ver a los Hosen?
-Puede suceder en algunos lugares, pero no dentro de los shows, porque ahí tenemos todo controlado. Siempre tenemos problemas en lugares en los que la policía es muy represiva con la juventud, como en Polonia o en Cuba. En La Habana, la gente estaba haciendo "pogo" y yo no sé cómo, pero metí la cabeza dentro de una lámpara y la policía nos cortó el sonido. Y hace muchos años, en la vieja Checoslovaquia, los militares nos sacaron a palazos del escenario, nos metieron en el ómnibus de gira y obligaron al chofer a manejar hasta la frontera. Ya no tengo 25 años para soportar eso y ya no espero con ansias una noche de ésas.
La Banda alemana que tiene corazón argentino:
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