Según se desprende de una carta enviada en su día por el propio Harrison a una seguidora de la banda y que se subastará próximamente, Harrison y sus compañeros temían que el lanzamiento de estos pequeños pero consistentes dulces les provocara alguna lesión.
"No nos gusta que nos tiréis golosinas -comentaba Harrison en la misiva-. Pensad cómo nos sentimos en el escenario tratando de lidiar con ello mientras vosotras seguís lanzando más. Además, puede ser peligroso: una vez me dio un caramelo en un ojo y os aseguro que no es divertido".
La moda de lanzar caramelos en las actuaciones de los "Cuatro Fantásticos" de Liverpool nació en 1963, año en que el grupo lanzó su primer álbum, "Please, please me".
Por aquel entonces, Harrison comentó en una entrevista su afición por las golosinas conocidas en Gran Bretaña como "jelly babies", que están hechas a base de gelatina y tienen forma de bebé.
La animadversión de los Beatles a estos dulces sale a la luz 46 años después de que Harrison se confesara en una carta enviada a Lynn Smith en 1963.
Smith, que por entonces contaba con 15 años de edad y se declaraba fan incondicional de la banda, encontró el documento en su desván hace unos meses y ha decidido ofrecerlo al mejor postor, según la casa de subastas.
Se espera que el manuscrito -en el que Harrison también confiesa que se equivocó en la letra durante la grabación de "I'll get you"- alcance un precio de 800 libras (unos 880 euros) en la subasta, que se celebrará en la casa Wooley & Wallis el próximo 17 de junio.
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