A su salida de la comida, el propio cantautor explicó a los periodistas que se lo habían pasado "muy bien" y que juntos cantaron canciones como "Que te vaya bonito" y "Ella" -compuestas por su admirado José Alfredo- y también la conocida "Y nos dieron las diez", uno de los temas preferidos del presidente mexicano.
Preguntado por cómo canta Calderón, el compositor de Úbeda aseguró que mejor que él, "pero eso lo hace cualquiera" y también confirmó que hablaron "de todo" y que él sigue pensando lo mismo y mantiene sus ideas sobre la lucha contra el crimen organizado en México.
Sabina llamó la semana pasada "ingenuo" al presidente -confeso admirador de su música- por declarar hace tres años una guerra abierta contra los cárteles del narcotráfico con el Ejército y la Policía Federal, una contienda que se ha tornado cruenta y difícil de ganar.
"Fue muy ingenuo cuando planteó esa batalla", expresó en una rueda de prensa, donde también se mostró escéptico ante la idea de que Calderón no supiera que la policía estuviese "infiltrada totalmente".
Estas palabras motivaron una respetuosa respuesta del Ejecutivo, una carta del gobernante a Sabina y, finalmente, una invitación a la hora de comer, aunque el cantautor también había dicho que ésta vez -como no le acompañaba Joan Manuel Serrat (compañero en una gira anterior)-, no tendría que comer con ningún presidente.
Sabina y Calderón comieron en un jardín de Los Pinos, la residencia de Calderón, en un encuentro "cercano" e "informal", según refirió la misma fuente cercana al cantante jiennense.
En la mesa se encontraban también, entre otros, el secretario de Gobernación (Interior), Fernando Gómez Mont, y la cantautora peruana Tania Libertad, amiga de Sabina.
Durante la comida, cantautor y presidente expresaron sus diferentes puntos de vista sobre el combate al narcotráfico emprendido por el Gobierno mexicano, aunque cada uno se mantuvo en sus respectivas posturas al término.
También se aclaró el matiz que dio la palabra "ingenuo" a las declaraciones de Sabina, aclarando éste que en España es un término más suave.
"El ingenuo soy yo", dijo Sabina a los periodistas a la salida de la comida, quitando importancia a la polémica suscitada por sus declaraciones.
La sobremesa se prolongó cerca de tres horas y estuvo amenizada por un grupo de mariachis, cuya música fascina al español, fiel devoto de José Alfredo Jiménez y otros grandes compositores mexicanos.
Presidente y cantautor firmaron su pacto de caballeros tarareando juntos algunos temas, y se despidieron amigablemente.
Calderón estuvo presente, sin hacerse notar, en el primer concierto que ofreció el cantautor en el Auditorio Nacional capitalino, el martes pasado. En total son trece los recitales que ofrecerá Sabina por diversos puntos del país hasta primeros de mayo.
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