El cantante tuvo que ser internado por un pico de presión luego de un show
Apenas terminado el show del sábado -el último de su gira, Fuerza natural- en Caracas, Venezuela, Gustavo Cerati debió ser internado en un sanatorio de esa ciudad, luego de sufrir una descompensación por un pico de presión. Al cierre de esta edición, el músico permanecía en observación, como medida preventiva, según informaron a Clarín allegados al artista.
Ayer a la tarde, su sitio oficial en internet subió un comunicado para esclarecer los rumores sobre su salud: "Ante los trascendidos, informamos que luego de finalizar el show de anoche (por el sábado), Gustavo sufrió una descompensación por una suba de presión debido a estrés y agotamiento, de la que se está recuperando favorablemente. Posteriormente y por precaución, se dirigió a una clínica de Caracas para realizarse chequeos médicos de rutina, donde le recomendaron reposo. Una vez finalizados los estudios, continuará con su viaje a Buenos Aires".
No es éste el primer episodio de salud que debe enfrentar el músico, de 50 años. Hace cuatro años, le diagnosticaron una trombosis venosa, una seria afección que lo obligó a tomar conciencia sobre sus cuidados y cambiar ciertos hábitos, como dejar el cigarrillo.
El sábado a la noche, el músico se encontraba en Venezuela en el tramo final de su gira, que también lo llevó a presentarse en la Argentina, Perú, México, Colombia y Estados Unidos.
El show se había desarrollado con normalidad en el estadio de fútbol de la Universidad Simón Bolívar. Fueron dos horas de música y un estadio rendido a sus pies.
Según relatan los medios de Venezuela, Cerati arrancó el concierto con el tema Fuerza natural, vestido con una chaqueta plateada y negra y con la guitarra en mano. "El argentino convirtió en un lugar íntimo el escenario de la Simón Bolívar para entonar Cactus y Perdonar es divino. Una plaza que le fue cómplice al regalarle una espesa neblina", describió ayer el diario El Universal, en su crónica sobre el recital.
Le siguieron Uno entre mil, Artefacto, Rapto y Dominó, con el que cambió su guitarra por un bajo. Pero fue en Trátame suavemente donde todo se encendió. También hubo espacio para bromas: como cuando le reprocharon ser hincha de River y no de Boca.
Antes del recital, en la noche del viernes, Cerati visitó el local nocturno Moulin Rouge y disfrutó de la rumba local. El mismo sábado -informa el diario citado- degustó de la gastronomía nacional. Todo un orgullo para los fans venezolanos que lo siguen y admiran desde los tiempos de Soda Stereo. Caracas fue una de las plazas privilegiadas en la gira de despedida del grupo a fines de los '90
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Nota E-O-S: mantenete informado de la salud de Gustavo Cerati desde su sitio web www.cerati.com
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