A lo largo de los años, los investigadores del laboratorio de sonificación (SonLab) de Gerogia Tech han convertido datos numéricos en sonidos para analizar el mercado de stocks, resultados de elecciones y datos climáticos. Cuando la banda reggae/rock Echo Movement solicitó convertir los movimientos de cuerpos celestes en música, SOnLab miró hacia los cielos.
Aunque los tonos, tiempos y ritmos podrían ser creados y modificados, la banda insistió en que el producto final siguiera siendo fiel a todos los datos y fuera un sonido celestial, musicalmente atractivo. Con estas restricciones, los músicos y el equipo de estudiantes de Burce Walker, profesor de la escuela de psicología, se pusieron a trabajar en los datos obtenidos por el telescopio Kepler de NASA. Enfocado a una estrella binaria (Kepler 4665989), Kepler registró sus niveles de brillo durante más de un año. La estrella bajó y subió de brillo cada vez que su estrella compañera se cruzaba por delante, proporcionando varias medidas de brillo.
"Esos valores numéricos fueron introducidos en nuestro software de sonificación Sandbox para crear secuencias de tonos musicales sonificados", comenta Riley Winton, estudiante de psicología y líder del proeycto. "El proceso nos puso en el camino correcto. Cuando la banda lo revisó y solicitó timbres en lugar de tonos, audificamos los datos".
El resultado final es una melodía que será usada en la introducción de la canción “Love and the Human Outreach”, de Echo Movement, que será publicada en septiembre.
Puedes escuchar un fragmento del resultado aquí.
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